martes, 7 de abril de 2020

CUANDO PASE EL TEMBLOR


Elegí el título de una canción muy conocida de Soda Stereo para este artículo porque lo encuentro bastante apropiado para identificar el tema de este artículo - aunque el impacto de la pandemia se puede equiparar más al de un terremoto -, a propósito de lo que estamos viviendo con la emergencia nacional declarada por el gobierno por causa de la epidemia del COVID-19. En efecto, hoy en día, como no podía ser de otra manera, tanto el gobierno como las empresas y la población en general, estamos todos más preocupados en mejorar la salud pública, atender las necesidades de los enfermos y de ayudar a la población más vulnerable, a fin de que se pueda sortear de la mejor forma posible esta fase crítica de la pandemia, que es la prioridad nacional.

Sin embargo una vez levantada la emergencia nacional – cuando pase el temblor -, se debe retomar las actividades económicas y la vida diaria de las personas para paulatinamente encaminarnos nuevamente a la senda del crecimiento económico. Pero como ya lo han adelantado los expertos a nivel mundial, el mundo no será el mismo, pues el virus va a convivir con nosotros por bastante tiempo y habrá que mantener los cuidados de salud que estamos teniendo ahora si es que no se quiere tener un rebrote epidemiológico en el futuro.

En tal sentido, ya se debe pensar en medidas a tomar desde el día siguiente en que se levante el aislamiento social decretado por la emergencia nacional, adecuando todos los actores (gobierno, personas, empresas) sus actividades a la nueva realidad que nos ha impuesto esta pandemia. Desde este punto de vista es claro que las actividades de negocio deben reformularse a fin de mantener, por ejemplo, las medidas de distanciamiento social y de no aglomeración de personas en espacios cerrados. Para ello, es crucial que se mantenga el trabajo remoto y el contacto físico cuando sea estrictamente necesario; afortunadamente herramientas tecnológicas existen solo que habrá que usarlas más intensivamente.

Así, considero que esta adaptación debe pasar por una virtualización de procesos y procedimientos, de manera tal que la interacción a distancia sea la regla general y no la excepción. En el campo aduanero y de comercio exterior creo que se puede hacer mucho en el país, considerando lo que ya se tiene avanzado a nivel de entidades del estado y de operadores de comercio exterior. Es más, conforme al dicho de que “de toda crisis nace una oportunidad”, se debe aprovechar como oportunidad la profundización de las medidas de virtualización implementadas por la SUNAT y otras entidades del estado en la actividad del comercio exterior, así como su implementación en aquellas entidades del estado que aún no lo han hecho. Aquí algunas ideas:
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11. Programa FAST: la SUNAT viene implementando, a través de su programa FAST (Facilidad Aduanera, Seguridad y Transparencia), la virtualización de sus procesos y procedimientos aduaneros de ingreso y salida de mercancías, control de operadores de comercio exterior, y gestión del riesgo. Prácticamente cubre transversalmente todas las operaciones de la cadena logística de comercio exterior. El objetivo de este programa es que todas las actividades que sean posibles de los procedimientos aduaneros sean automatizados utilizando una plataforma web, eliminando trámites presenciales y facilitando y agilizando el comercio exterior.

La oportunidad que veo en este caso es que la SUNAT ajuste su calendario de implementación de las actividades consideradas dentro del programa, adelantando fechas en la medida de lo posible, a fin de que en el menor tiempo, considerando el nuevo escenario de negocios que se avecina, tenga totalmente implementado y completamente en funcionamiento los procesos virtuales del programa. Es más, la SUNAT debería evaluar ampliar el alcance de su proyecto a todos sus procesos y procedimientos vinculados al comercio exterior, de manera tal que la interacción personal con los usuarios de comercio exterior sea mínima. No solo respecto a los procedimientos de despacho de mercancías sino también a los otros procedimientos (fiscalización, procesos no contenciosos, etc.).

Evidentemente que habrán procesos que requieren de una presencia física como, por ejemplo, el reconocimiento físico de la mercancía, en cuyo caso se deberá establecer los protocolos de seguridad personal necesarios para disminuir los riesgos de salud; no solo por parte de la autoridad aduanera sino también del propio operador de comercio exterior; pero la idea es que estos procesos presenciales sean los estrictamente necesarios y en la menor cantidad posible. Es decir, de ser posible, que en una sola visita el personal del operador de comercio exterior realice todas las gestiones presenciales que requiera para un procedimiento en particular.

22.  VUCE: La Ventanilla Única de Comercio Exterior es un proyecto que viene implementando la virtualización de procesos relacionados con el comercio exterior. Actualmente ha implementado las solicitudes en línea de autorizaciones para el tránsito, ingreso y salida de mercancías. Actualmente comprende los componentes de mercancías restringidas (autorización para el ingreso o salida de mercancías restringidas de ciertas autoridades competentes), origen (gestión de la emisión de certificados de origen) y portuario (gestión para la recepción, estadía y despacho de naves en los puertos).

Al igual que el programa FAST de la SUNAT, considero que la oportunidad de la VUCE está en ampliar su alcance incorporando a las autoridades competentes que faltan en su componente de mercancías restringidas, a fin de que se incluya a todo el universo de autorizaciones sectoriales necesarias para la importación o exportación de mercancías. Así mismo, valdría la pena evaluar si se puede incorporar otros procedimientos como, por ejemplo, solicitudes de inspección de mercancías al sector competente (SENASA, DIGEMID, DIGESA. Sería conveniente también la total interoperabilidad con el sistema de la SUNAT para que la información y los productos de la VUCE puedan ser enviados a esta última e incorporado en sus procedimientos automatizados.

En el tema de los certificados de origen sería interesante que se amplíe a los certificados de origen no preferencial – necesarios para no imponer derechos antidumping. Respecto a los certificados de origen digital, que actualmente se tiene como opción para los países de la Alianza del Pacífico, el MINCETUR tiene la oportunidad de explorar su uso con otros acuerdos comerciales, no solo para el caso de las exportaciones peruanas, sino también para las importaciones. No es un secreto que el certificado de origen digital, además de ser seguro, representa un ahorro en costos y tiempo y, también, que no sea necesario un trámite presencial.

33. Procedimientos sectoriales: es también una buena oportunidad para que las distintas entidades vinculadas al comercio exterior automaticen sus diversos procesos de interacción con los usuarios, de tal forma que sus procedimientos de registros, autorizaciones, solicitudes de información y documentación, consultas, análisis de laboratorio, copias autenticadas de documentos, procesos administrativos sancionadores o no, etc., puedan realizarse en línea garantizando siempre la seguridad de la comunicación, y poniendo a disposición de sus usuarios herramientas tecnológicas, como aplicaciones, para trámites y consultas.

Algunas entidades ya tienen implementado en línea algunos de sus procedimientos, con un mayor o menor grado de desarrollo, pero creo que ahora la oportunidad se presenta para que se amplíe su alcance y cubra la mayor cantidad de procedimientos posibles en el menor tiempo posible. Somos conscientes que este es un reto mayor, porque algunas entidades requieren de mayores recursos, en todo sentido, que otras para poder implementar o mejorar la tecnología de la información y de la comunicación en su sector, pero también creo que el gobierno debe hacer el mayor esfuerzo para dotarles de esos recursos, dentro del marco de la política de gobierno digital, dadas las circunstancias que se presentarán de un cambio en la forma de hacer negocios.

Ahora bien, esta no es solo una tarea de las entidades del estado sino que el sector privado debe también hacer un esfuerzo por contribuir en el uso intensivo de la tecnología de la información. Los empresarios son también conscientes que requieren de una adecuación de sus procesos y procedimientos (ya nada será como antes) y, por eso, los operadores de comercio exterior que aún no han incorporado dicha tecnología a sus procesos, o que lo han hecho parcialmente, no pueden seguir dilatando esa decisión, pues ahora se convierte en un imperativo incluso, me atrevería a decir, necesaria para su subsistencia. De nada sirve que la virtualización se haga de un solo lado (el Estado) si los destinatarios no están preparados para usarla; por ello, de ese lado de la relación, también hay una tarea ineludible por hacer y, mientras más pronto mejor.

A estas alturas no es una novedad que la virtualización será la regla general en los negocios y actividades; está entre nosotros para quedarse, y no como una alternativa temporal a los efectos de la actual pandemia. El teletrabajo, en algunos sectores económicos más que en otros, será la forma usual de trabajo y ello requiere un uso intensivo de la tecnología y de las herramientas de comunicación y, para ser efectivo, requiere de la virtualización de procesos y procedimientos. No hay otro camino y las empresas necesitarán adaptarse. Afortunadamente, creo yo, en las áreas de aduanas y de comercio exterior, el camino parece ser menos complicado, pues el país viene avanzando en esa dirección desde hace unos años; pero también creo que se va a necesitar un mayor esfuerzo de parte de todos los involucrados para implantar, en el menor tiempo posible, un nuevo paradigma en la forma de hacer negocios y de interactuar con los socios de la cadena logística y con las autoridades competentes, a lo que esta pandemia nos va a obligar.

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