Elegí el título de una
canción muy conocida de Soda Stereo para este artículo porque lo encuentro bastante apropiado para
identificar el tema de este artículo - aunque el impacto de la pandemia se puede
equiparar más al de un terremoto -, a propósito de
lo que estamos viviendo con la emergencia nacional declarada por el gobierno
por causa de la epidemia del COVID-19. En efecto, hoy en día, como no podía ser
de otra manera, tanto el gobierno como las empresas y la población en general,
estamos todos más preocupados en mejorar la
salud pública, atender
las necesidades de los enfermos y de ayudar a la población más vulnerable, a fin de que se pueda sortear de la mejor forma
posible esta fase crítica de la pandemia, que es la
prioridad nacional.
Sin embargo una vez levantada la emergencia nacional – cuando pase el
temblor -, se debe retomar las actividades económicas y la vida
diaria de las personas para paulatinamente encaminarnos nuevamente a la senda del
crecimiento económico. Pero como ya lo han adelantado los expertos a nivel mundial,
el mundo no será el mismo, pues el virus va a convivir con nosotros por
bastante tiempo y habrá que mantener los cuidados de salud que estamos teniendo
ahora si es que no se quiere tener un rebrote epidemiológico en el futuro.
En tal sentido, ya se debe pensar en medidas a tomar desde el día
siguiente en que se levante el aislamiento social decretado por la emergencia
nacional, adecuando todos los actores (gobierno, personas, empresas) sus
actividades a la nueva realidad que nos ha impuesto esta pandemia. Desde este
punto de vista es claro que las actividades de negocio deben reformularse a fin
de mantener, por ejemplo, las medidas de distanciamiento social y de no
aglomeración de personas en espacios cerrados. Para ello, es crucial que se
mantenga el trabajo remoto y el contacto físico cuando sea estrictamente
necesario; afortunadamente herramientas tecnológicas existen solo que habrá que
usarlas más intensivamente.
Así, considero que esta adaptación debe pasar por una virtualización de
procesos y procedimientos, de manera tal que la interacción a distancia sea la
regla general y no la excepción. En el campo aduanero y de comercio exterior
creo que se puede hacer mucho en el país, considerando lo que ya se tiene
avanzado a nivel de entidades del estado y de operadores de comercio exterior.
Es más, conforme al dicho de que “de toda crisis nace una oportunidad”, se debe aprovechar como oportunidad la profundización
de las medidas de virtualización implementadas por la SUNAT y otras entidades
del estado en la actividad del comercio exterior, así como su implementación en aquellas
entidades del estado que aún no lo han hecho.
Aquí algunas ideas:
1
11. Programa FAST: la SUNAT viene implementando, a través de su programa FAST
(Facilidad Aduanera, Seguridad y Transparencia),
la virtualización de sus procesos y procedimientos aduaneros de ingreso y
salida de mercancías, control
de operadores de comercio exterior, y gestión del riesgo. Prácticamente cubre transversalmente todas las
operaciones de la
cadena logística de comercio exterior. El
objetivo de este programa es que todas las actividades que sean posibles de los procedimientos
aduaneros sean
automatizados utilizando una plataforma web, eliminando trámites
presenciales y facilitando y agilizando el
comercio exterior.
La oportunidad que veo en este caso es que la SUNAT
ajuste su calendario de implementación de las actividades consideradas dentro
del programa, adelantando fechas en la medida de lo posible, a fin de que en el
menor tiempo, considerando el nuevo escenario de negocios que se avecina, tenga
totalmente implementado y completamente en funcionamiento los procesos
virtuales
del programa. Es más, la SUNAT debería
evaluar ampliar el alcance de su proyecto a todos sus procesos y procedimientos
vinculados al comercio exterior, de manera tal que la interacción personal con
los usuarios de comercio exterior sea mínima. No solo respecto a los
procedimientos de despacho de mercancías sino también a los otros procedimientos
(fiscalización, procesos no contenciosos, etc.).
Evidentemente que habrán procesos que requieren de una
presencia física como, por ejemplo, el reconocimiento físico de la mercancía,
en cuyo caso se deberá establecer los protocolos de seguridad personal
necesarios para disminuir los riesgos de salud; no solo por parte de la
autoridad aduanera sino también del propio operador de comercio exterior; pero la idea es que
estos procesos presenciales sean los estrictamente necesarios y en la menor
cantidad posible. Es decir, de ser posible, que en una
sola visita el personal del operador de comercio exterior realice todas las
gestiones presenciales que requiera para un procedimiento en particular.
22. VUCE: La Ventanilla Única de Comercio Exterior es un proyecto que viene
implementando la virtualización de procesos relacionados con el comercio
exterior. Actualmente ha implementado las solicitudes en línea de
autorizaciones para
el tránsito, ingreso y salida de mercancías. Actualmente comprende los
componentes de mercancías restringidas (autorización para el ingreso o salida
de mercancías restringidas de ciertas autoridades competentes),
origen
(gestión de la emisión de certificados de origen) y portuario (gestión para la
recepción, estadía y despacho de naves en los puertos).
Al igual que el programa
FAST de la SUNAT, considero que la oportunidad de la VUCE está en ampliar su
alcance
incorporando a las autoridades competentes que faltan en su componente de
mercancías restringidas, a fin de que se incluya a todo el universo de
autorizaciones sectoriales necesarias para la importación o exportación de
mercancías. Así mismo, valdría la pena evaluar si se puede
incorporar otros procedimientos como, por ejemplo, solicitudes de inspección de
mercancías al sector competente (SENASA, DIGEMID, DIGESA. Sería conveniente también
la total interoperabilidad con el sistema de la SUNAT para que la información y
los productos de la VUCE puedan ser enviados a esta última e incorporado en sus
procedimientos automatizados.
En
el tema de los certificados de origen sería interesante que se amplíe a los
certificados de origen no preferencial – necesarios para no imponer derechos
antidumping. Respecto a los certificados de origen digital, que actualmente se
tiene como opción para los países de la Alianza del Pacífico, el MINCETUR tiene
la oportunidad de explorar su uso con otros acuerdos comerciales, no solo para
el caso de las exportaciones peruanas, sino también para las importaciones. No
es un secreto que el certificado de origen digital, además de ser seguro,
representa un ahorro en costos y tiempo y, también, que no sea necesario un
trámite presencial.
33. Procedimientos sectoriales: es
también una buena oportunidad para que las
distintas entidades vinculadas al comercio exterior automaticen sus diversos procesos de interacción con los usuarios, de tal forma que
sus
procedimientos de registros, autorizaciones, solicitudes
de información y documentación, consultas, análisis de
laboratorio, copias autenticadas de documentos, procesos administrativos
sancionadores o no, etc., puedan realizarse en línea garantizando siempre la seguridad de la comunicación, y poniendo a disposición de sus usuarios
herramientas tecnológicas, como aplicaciones, para trámites y consultas.
Algunas
entidades ya tienen implementado en línea algunos de sus procedimientos, con un
mayor o menor grado de desarrollo, pero creo que ahora la oportunidad se
presenta para que se amplíe su alcance y cubra la mayor cantidad de
procedimientos posibles en el menor tiempo posible. Somos conscientes que este
es un reto mayor, porque algunas entidades requieren de mayores recursos, en
todo sentido, que otras para poder implementar o mejorar la tecnología de la
información y de la comunicación en su sector, pero también creo que el
gobierno debe hacer el mayor esfuerzo para dotarles de esos recursos, dentro
del marco de la política de gobierno digital, dadas las circunstancias que se
presentarán de un cambio en la forma de hacer negocios.
Ahora bien, esta no es
solo una tarea de las entidades del estado sino que el sector privado debe
también hacer un esfuerzo por contribuir en el uso intensivo de la tecnología
de la información. Los empresarios son también conscientes que requieren de una
adecuación de sus procesos y procedimientos (ya nada será como antes) y, por
eso, los operadores de comercio exterior que aún no han incorporado dicha
tecnología a sus procesos, o que lo han hecho parcialmente, no pueden seguir
dilatando esa decisión, pues ahora se convierte en un imperativo incluso, me
atrevería a decir, necesaria para su subsistencia.
De nada
sirve que la virtualización se haga de un solo lado (el Estado) si los
destinatarios no están preparados para usarla; por ello, de ese lado de la
relación, también hay una tarea ineludible por hacer y, mientras más pronto
mejor.
A estas alturas no es
una novedad que la virtualización será la regla general en los negocios y
actividades; está entre nosotros para quedarse, y no como una alternativa temporal
a los efectos de la actual pandemia. El teletrabajo, en algunos sectores
económicos más que en otros, será la forma usual de trabajo y ello requiere un
uso intensivo de la tecnología y de las herramientas de comunicación y, para
ser efectivo, requiere de la virtualización de procesos y procedimientos. No
hay otro camino y las empresas necesitarán adaptarse. Afortunadamente, creo yo,
en las áreas de aduanas y de comercio exterior, el camino parece ser menos
complicado, pues el país viene avanzando en esa dirección desde hace unos años;
pero también creo que se va a necesitar un mayor esfuerzo de parte de todos los
involucrados para implantar, en el menor tiempo posible, un nuevo paradigma en
la forma de hacer negocios y de interactuar con los socios de la cadena
logística y con las autoridades competentes, a lo que esta pandemia nos va a
obligar.
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